Es importante escribir programas que sean comprensibles y fáciles
de mantener. Las modificaciones son la regla más que la excepción.
Los programadores deberán prever que su código ser
modificado. Como veremos, las clases facilitan la capacidad de modificación
de los programas.
Los clientes de una clase utilizan la clase sin conocer los detalles
internos de cómo está puesta en práctica dicha
clase. Si se modifica la puesta en práctica de la clase (para
mejorar el rendimiento, por ejemplo) no es necesario modificar los
clientes de la clase. Esto facilita mucho la modificación
de sistemas.
Las funciones miembro por lo regular están formadas por unas
pocas líneas de código, porque ninguna lógica
es requerida para determinar si son válidos los miembros
de datos.
Los cliente tienen acceso a la interfaz de una clase, pero no deberán
tener acceso a la puesta en práctica de la clase.
Declarar funciones miembro dentro de un definición de clase
y definir dichas funciones miembro por fuera de dicha definición
de clase separa la interfaz de una clase de su puesta en práctica.
Esto promueve buena ingeniería del software.
Usar un enfoque de programación orientada a objetos a menudo
puede simplificar las llamadas de función al reducir el número
de parámetros a pasarse. Este beneficio de la programación
orientada a objetos se deriva del hecho que el encapsualado de los
miembros de datos y de las funciones miembros dentro de un objeto
le da a las funciones miembro el derecho de acceso a los miembros
de datos.
Coloque la declaración de una clase en un archivo de cabecera
a incluirse por cualquier cliente que desee utilizar dicha clase.
Esto forma la interfaz pública de la clase. Coloque las definiciones
de las funciones miembro de la clase en un archivo fuente. Esto
conforma la puesta en práctica de la clase.
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