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Se
llama constructor por defecto a un constructor que
no necesita que se le pasen parámetros o argumentos para
inicializar las variables miembro de la clase. Un constructor
por defecto es pues un constructor que no tiene argumentos
o que, si los tiene, todos sus argumentos tienen asignados un valor
por defecto en la declaración del constructor. En cualquier
caso, puede ser llamado sin tenerle que pasar ningún argumento.
El
constructor por defecto es necesario si se quiere
hacer una declaración en la forma:
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ya
que en este caso se crean e inicializan múltiples objetos
sin poderles pasar argumentos personalizados o propios para cada
uno de ellos.
Al
igual que todas las demás funciones de C++, el constructor
puede tener definidos unos valores por defecto para
los parámetros, que se asignen a las variables miembro de
la clase. Esto es especialmente útil en el caso de que una
variable miembro repita su valor para todos o casi todos los objetos
de esa clase que se creen. Considérese el ejemplo siguiente:
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En
el ejemplo anterior se observa la utilización de un mismo
constructor para crear objetos de la clase C_Cuenta
de tres maneras distintas. La primera llamada al constructor
se hace sin argumentos, por lo que las variables miembro tomaran
los valores por defecto dados en la definición de la clase.
En este caso Saldo valdrá 0 e Interes
también valdrá 0.
En
la segunda llamada se pasa un único argumento, que se asignará
a la primera variable de la definición del constructor,
es decir a Saldo. La otra variable, para la que no
se asigna ningún valor en la llamada, tomará el valor
asignado por defecto. Hay que recordar aquí que no es
posible en la llamada asignar un valor al segundo argumento si no
ha sido asignado antes otro valor a todos los argumentos anteriores
(en este caso sólo al primero). En la tercera llamada al
constructor se pasan dos argumentos por la ventana
de la función, por lo que las variables miembro tomarán
esos valores.
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