De la Antártida al Artico 2005

 

 

Hola a todos. Voy a poner en esta página un pequeño resumen del viaje que estoy haciendo. El título puede ser un tanto rimbombante, pero oye, es mi pagina y hago lo que quiero :-D

 

Nota: He cambiando el orden de las fotos para poner las más nuevas al principio, así veréis más fácilmente si hay alguna novedad.

 

Honningsväg 21:00, 22 de Mayo de 2005

 

Después de recorrer más de 700 kilómetros siempre hacia el norte, dormir en moteles de carretera, campings y cabañas en construcción por fin había llegado a Honningsväg, la última parada antes de llegar a Cabo Norte.  El pueblo en sí no tendría más de mil habitantes pero para lo que era la zona era casi una metrópolis.

 

Una vista de Honningsväd

 

El viaje había sido bastante más complicado de lo que pensaba. Con la boda de mi hermana, la conferencia en Ceuta y marrones varios no había tenido tiempo de prepararlo. No me preocupaba demasiado porque iba a algunos de los países más civilizados del mundo y contaba con un excelente transporte público. Iluso...

 

No había tenido en cuenta que la zona a la que iba estaba prácticamente despoblada y que el transporte público como que no abundaba... Sobre todo cuando se te ocurría cruzar la frontera entre dos países :-)

 

Pero bueno, Lo importante es que había llegado, el albergue donde estaba alojado estaba bien, tenían agua caliente y calefacción, lo que en esa zona era de agradecer y en mi viaje una novedad. Después de preguntar sobre los autobuses para llegar a Cabo Norte recibí la respuesta que me temía: no había nada que se le pareciese. Y yo tenía que comenzar el viaje de vuelta a la mañana siguiente si quería tener alguna esperanza de coger el avión.

 

Una vista desde el camino a Cabo Norte

 

Ahora bien solo me faltaban 33 kilómetros hasta Cabo Norte y me había pasado una semana haciendo malabarismos para llegar hasta allí. Así que unos míseros kilómetros entre la nieve y el hielo no me iban a parar. Me duché, me puse ropa de abrigo, llené un termo de café y me puse a andar hacia Cabo Norte. Contaba con que antes o después llegaría…

 

 

Rovaniemi

 

Todo había empezado una semana antes en Rovaniemi. El motivo del viaje era realizar una estancia en la facultad de Rovaniemi para establecer contactos entre las dos universidades. El coordinador en Rovaniemi resultó ser una persona encantadora que me ayudó mucho en las actividades que realicé allí.

 

Eso sí la mentalidad allí es muy distinta. El primer día el coordinador me dio un programa con las actividades a realizar en mi estancia allí con puntos del tipo de:

 

Martes 17 de Mayo de 2005

8:45 Recogida del invitado en la residencia

9:05 Desayuno en la escuela experimental de Rovaniemi.

9:40 Presentación del programa de prácticas de la escuela

….

 

Lo increíble no era lo detallado del programa, sino que se cumplía con una puntualidad asombrosa. Empecé a ver lo que me esperaba cuando el primer día el coordinador estaba a las 8:44 esperando en el coche para llamarme…

 

 

La entrada de la Universidad. Allí la gente cuando puede siempre va en bicicleta

 

La Universidad de Rovaniemi es la universidad oficial de Laponia y está bastante bien montada. En mi estancia allí me estuvieron enseñando todas las instalaciones, una escuela experimental que tenían montada en la facultad y reuniones con distintos grupos de investigación que había por allí. Conocí incluso a un catedrático muy competente que trabajaba en participación civil a través de las nuevas tecnologías. Me pasé con él de tertulia toda una tarde e incluso me dejó un par de trabajos suyos bastante interesantes.

 

 

Una vista de la biblioteca y de la facultad de magisterio.

 

Bueno, no hablo más de trabajo. Que conste que todo este rollo no era más que un burdo intento de sacarle unas perras extras al vicedecano de relaciones internacionales :-D

 

Rovaniemi es una ciudad bastante agradable, pero no con mucho encanto. La vida allí está chula, los cuatro mil estudiantes universitarios se notan bastante y por lo que me estuvieron contando los estudiantes erasmus te lo puedes pasar bastante bien.

 

Laponia

 

Una vez que terminé mi estancia de trabajo en Rovaniemi me puse ya en marcha hacia Cabo Norte. Ya me empecé a preocupar porque me di cuenta de que era bastante más viaje de lo que pensaba, más de 700 kilómetro para llegar allí. Y con tanto trabajo en Rovaniemi no había podido mirar nada del viaje…

 

Lo primero que me llamó la atención fue que a medida que iba hacia el norte había más y más paisajes nevados. En Rovaniemi el deshielo ya había terminado y no quedaba nada de nieve, con lo que el paisaje no era nada especial. Pero en el norte sí había bastantes zonas con nieve y lagos helados y para alguien como yo ese tipo de paisaje era muy llamativo.

 

  

Una zona de taiga completamente nevada

 

La primera ciudad  a la que llegué fue Inari. Es la capital saami de Finlandia, los saami son el pueblo indígena de Laponia. No les gusta que le llamen lapones porque en Finlandia ese nombre tiene una asociación peyorativa. Inari  como pueblo era tirando a pequeño, pero tenía un museo sobre la cultura saami realmente espectacular y la zona de los alrededores era muy bonita.

 

Como el motel de carretera en el que me alojaba no estaba mal me quedé un par de días por la zona visitando el museo y haciendo excursiones allí. La naturaleza allí esta muy bien conservada y los alrededores son muy bonitos. Sobre todo para alguien que no está acostumbrado a lagos helados, ríos en deshielo y hacer senderismo sobre la nieve.

 

 

El lago Inari, completamente helado al atardecer

 

 

 

El primer día me dediqué a hacer excursiones por la zona, muy bonita pero estaba completamente nevado. La gente de Inari me comentaba que como estaba nevado no se podían hacer excursiones, pero a mi como buen turista no me importaba. Lo cierto es que el senderismo sobre la nieve es muy cansado, pero oye con la novedad… Eso sí no me pienso volver a reír de los turistas que llegan a España y se ponen colorados como gambas...

 

Además los paisajes de la zona eran muy bonitos. Toda la zona era de bosques de coníferas y estaba todo nevado. Los ríos iban muy crecidos debido al deshielo y en las orillas y entre las rocas quedaban bastantes placas de hielo.  Para completar la estampa a lo lejos las colinas seguían nevadas.

 

Los paisajes por allí son realmente alucinantes

 

 

El segundo día estuve viendo el Siida, el museo de la cultura Saami. Es un museo que me encantó, había visto ya el Artikum en Rovaniemi, que es un museo sobre la naturaleza y la vida en el Ártico que tiene mucha más fama. Pero el Siida está mucho mejor.

 

Tienen tres grandes zonas, la primera dedicada a la vida y la historia en la zona del círculo polar ártico, incluyendo Groenlandia, Siberia y Alaska. La segunda zona estaba dedicada a la naturaleza en el ártico. Estaba muy bien hecha porque iban describiendo como se comportaban la fauna y la flora mes a mes en respuesta a como variaba el clima. Empezaban por la primavera y terminando en otoño.

 

La tercera zona estaba dedicada a la cultura y a los modos de vida Saami. Hablaban sobre su historia, como construyen sus casas, la cría del reno, los vestidos tradicionales que utilizan, como viajan y otros aspectos de su vida cotidiana. Era muy interesante porque no se ceñían a una visión tradicional sino que hablaban de lo que hacían hoy en día.

 

Así en la cría del reno mostraban como realizan marcas en las orejas de los renos para distinguir a quien pertenece cada reno y como esas marcas se van pasando de generación en generación como parte del linaje familiar. Pero también mostraban como hoy en día se utilizan las motos de nieve y los quad para encerrar a los renos y no los métodos tradicionales.

 

 

 

Un reno pastando como Pedro por su casa

 

Sobre el tema de los renos habría mucho que decir. Para no alargarme decir que son bastante comunes y que te lo encuentras casi por cualquier parte. En la carretera tuvimos que parar más de una vez para evitar atropellar a un reno y en los pueblos a veces te los encontrabas por la calle pastando tranquilamente. No son peligrosos, más bien todo lo contrario son asustadizos y en cuanto se dan cuenta de que te estás fijando en ellos salen por patas por si acaso.

 

Otro gran descubrimiento del viaje ha sido la sauna finlandesa. El hecho de que en un país de cinco millones de habitantes haya un millón y medio de saunas ya dice bastante sobre su importancia en la vida cotidiana. Pero lo que me convenció a probarla fue la cena que tuve en la casa del coordinador del intercambio.

 

Me enseñó toda la casa incluyendo el cuarto de baño. Desde el punto de vista español los cuartos de baños finlandeses son un tanto cutres, porque son pequeños y no tienen baño sino que la gente se ducha directamente sobre el suelo del cuarto de baño. El cuarto de baño del coordinador no era una excepción, pero luego me enseñó la sauna que tenía adosada al cuarto de baño y me quedé con la boca abierta: era más grande que el cuarto de baño y totalmente tapizada de madera, una auténtica pasada.

 

Una típica sauna finlandesa

 

Después de ver la sauna de mi coordinador me moría de ganas de probar una. Y aunque el coordinador me invitó a dormir una noche en su casa y probar la sauna me dio un poco de cosa y decidí probarla en un hotel. Fue una experiencia magnífica, después de estar una hora y pico entrando y saliendo de la sauna, me quedé totalmente relajado. No es una experiencia desagradable para nada, sino que te calma y te ayuda a reflexionar.

 

Además en Finlandia es un acto social, la gente se reúne en los descansos entre entradas a la sauna y se dedica a hablar, o a comer. La sauna en la que estuve tenía un salón para que la gente se sentase y hablase e incluso una cocina. La comida típica es hacerse unas salchichas y tomárselas con una refrescante cerveza. Yo no me atreví a tanto porque era un novato y me tome unas tostadas con mora ártica, que eran bastante más ligeras.

 

 

Finmark

 

Después de mi paso por Laponia crucé la frontera entre Finlandia y Noruega y entré en la región de Finmark. Es una región bastante bonita pero que fue totalmente devastada en la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes al tener que retirarse quemaron todas las casas de la zona para que el ejercito ruso no pudiese usarlas como refugio. Solo respetaron algunas iglesias que los habitantes de la zona usaron para refugiarse durante el primer invierno después de la guerra. Entre ellas la más antigua es la de Karasjok.

 

La iglesia de Karasjok

 

En Karasjok aparte de la iglesia no había nada más interesante. Pero era un punto de parada obligatoria porque el único autobús que cruzaba la frontera cada día terminaba su trayecto en Karasjok, que está a 18 kilómetros de la frontera Fino-Noruega. Encima el autobús cruzaba la frontera a última hora de la tarde lo que te obligaba a pasar una noche allí esperando al único autobús diario que salía hacia el norte (eso si no era sábado, que los sábados no salía ninguno :-)

 

 

Un fiordo noruego

 

El domingo cogí el autobús que llevaba a Honningsväd y empezó la última parte del trayecto, otros 300 killómetros hacia el norte. El trayecto fue bastante bonito porque la mayor parte se realiza bordeando un fiordo, el Indre. Una vez que llegué a la costa el paisaje cambió considerablemente.

 

El clima cerca del mar es bastante más benigno gracias a la corriente del golfo, por lo que de nuevo desapareció la mayor parte de la nieve, aunque volvió a aparecer a medida que nos acercábamos a Honningsväd. La vegetación en cambio paso de los bosques de coníferas a la tundra. No había ni un árbol, sólo una capa de musgo y líquenes sobre la superficie de color pardo rojizo.

 

 

La parte más abierta del fiordo.

 

De todas maneras las vistas eran espectaculares. Se podía ver el lado opuesto del fiordo en la mayor parte del viaje. Las casas de pescadores a lo largo del fiordo eran muy bonitas, tenían colores muy brillantes. Y los colores de la tundra cuando brillaba el sol tenían una calidez especial, lo que se agradecía con el frío que hacía.

 

Después de cinco horas de viaje por fin me estaba acercando a Honningsväd, ya quedaba poco para cumplir el objetivo de mi viaje, ir de un extremo a otro del globo (más o menos). No me quedaba mucho tiempo pero estaba dispuesto a conseguirlo.

 

 

Cabo Norte

 

Me puse a andar hacia Cabo Norte, estaba tranquilo porque la noche no era muy fría y aunque la distancia era mucha tenía tiempo de sobra. Además me habían comentado que solían pasar coches en dirección a Skarsväg, un pueblo de pescadores que había hacia el norte. Era ya bastante tarde, las diez de la noche en Noruega es como las doce o la una en España, pero con un poco de suerte igual conseguía que alguien me llevase en autostop.

 

Tuve bastante suerte porque al cuarto de hora de ponerme a andar me recogieron una pareja de pescadores que iban de regreso a su casa en Skarsväg. Fueron bastante amables y me dejaron en el cruce en dirección a Cabo Norte. Ya solo me quedaban unos doce kilómetros para llegar. En esa zona ya era difícil que me recogiese nadie porque la carretera solo llevaba a Cabo Norte y era bastante tarde, me puse a andar pensando que eran solo unas dos horas y media de marcha y que quizás algún turista igual que yo fuese a ver el sol de media noche.

 

Después de estar un rato caminando disfrutando del paisaje nevado y de la claridad escuché a lo lejos el ruido de un motor, me di la vuelta y vi como se acercaban dos furgonetas. Las paré y les pregunté en inglés si iban a Cabo Norte y si me podían llevar. Me dijeron que sí y cuando voy a subirme me encontré con que ¡Hablaban castellano! Eran un grupo de estudiantes catalanes de intercambio en Rovaniemi que se habían animado a subirse el fin de semana Cabo Norte.

 

Era un grupo de gente muy maja y muy divertida. Se lo estaban pasando como indios en el viaje. Gracias a ellos llegué a Cabo Norte a tiempo para ver el sol de medianoche. Eso sí, después de hacerle la piruja al tío de la taquilla y que nos saliese la entrada casi a mitad de precio, todo gracias al ingenio de estas chicas.

 

 


¡Mis salvadoras!

 

Por fin había llegado, después de tantos días de pelearme con conductores de autobús y encargados de gasolineras lo había conseguido. Después de haber estado en la Antártida estaba en Cabo Norte y a tiempo para ver el sol de medianoche. Cabo Norte es un lugar muy especial, muy tranquilo y resulta fácil sentarse y reflexionar. Además hacía buen tiempo, el aire era muy transparente y el mar estaba totalmente calmado. Ideal para ver el horizonte que ahí en frente estaba el Polo Norte.

 

El sol de medianoche

 

El sol de medianoche te provoca una sensación extraña, no es sólo porque no hay noche, porque desde que llegué a Inari no había vuelto a ver la noche, sino porque cuando el sol se acerca al horizonte apunta hacia el Norte, lo que desorienta un poco. Además en el tiempo en que para de bajar y vuelve a subir el mar toma un color especial.

 

 

Una prueba de que realmente estuve allí :-)

 

Los alrededores eran muy bonitos, hay varios cabos y acantilados en torno a Cabo Norte y en esos momentos se podían ver con bastante claridad los alrededores. Estuve allí un buen rato disfrutando del entorno e intercambiando opiniones con la gente que estaba por allí. Fue un rato muy agradable porque mientras llegaba a Honningsväd no tenía muy claro que pudiese llegar y no solo lo había conseguido sino que a tiempo para ver el sol de medianoche, me podía sentir satisfecho.

 

 

La vista desde Cabo Norte

 

Después de un rato allí, mandar postales y comprar algún recuerdo mis nuevos compañeros de viaje dijeron de volver. Empezaba el viaje de vuelta, iba un poco justo de tiempo para coger el avión pero no me preocupaba demasiado, había conseguido llegar y si no había ningún imprevisto llegaría a tiempo a Rovaniemi.

 

Era el momento de reflexionar un poco, había concluido mi viaje de círculo polar a círculo polar. Durante este viaje me habían pasado una gran cantidad de cosas tanto en el plan personal como en el profesional y tenía un montón de experiencias que asimilar.

 

Me llevaría un tiempo asimilarlas todas y reflexionar en como me habían cambiado a mi y a mi visión del mundo pero para bien o para mal nuevos desafíos me esperaban en el futuro cercano. Mi estancia en California empezaba en dos semanas y tenía que dejarlo todo arreglado en España antes de irme. Ya me iría dando cuenta de los cambios a medida que me enfrentase con nuevas aventuras.

 

 

Schirn Kunsthalle. Die Nackte Wahrheit

 

Vielen Gefallen ist Schlimm

Danae

 

 

 

Medizine

 

 

 

 

 

 

Isla de Pascua

 

La principal razón por la que me decidí a ir a Isla de Pascua fue por los Mohais. Las famosas estatuas de piedra volcánica que todo el mundo conoce. Lo cierto es que la isla tiene mucho más que ofrecer. Aunque políticamente pertenece a Chile culturalmente forma parte de la Polinesia.

 

La cultura local ha sufrido muchas transformaciones debido al aislamiento de la isla (Tahití es la isla polinésica más cercana y está a cuatro mil kilómetros), pero los lazos culturales y étnicos de la isla son innegables. Tanto los bailes típicos como la lengua son muy parecidos al de otras islas de la polinesia.

 

La lengua propia se llama rapa-nui y la hablan la mayoría de los habitantes de la isla. Es una lengua bastante primitiva, su alfabeto solo tiene catorce letras. Algunas palabras son ahu = santuario, mohai = estatua, marauru = gracias y iorana = saludo.

 

Como isla de la Polinesia no es la isla más bonita (por lo que me han contado), pero es la primera que he conocido y me ha gustado bastante. Hay playas de ensueño, la vegetación (donde se ha recuperado) es bastante tropical con guayabas, plataneras, mangos y similares.

 

Además el 40% de la isla es una reserva natural, aunque sería mejor denominarla reserva arqueológico natural. Es increíble la cantidad de restos arqueológicos que hay por toda la isla. Esto hace que la mejor manera de visitarla sea andando o en bicicleta parándote donde tú quieras.

 

 

Lo típico, lo tradicional y por lo que todos van a Isla de Pascua son los mohais. Aquí tenéis una foto del Ahu Tahai. Es el complejo ceremonial más importante de la Isla y el que suele usar para las grandes ceremonias.

 

La isla es de origen volcánico, tiene forma triangular y en cada vértice hay un volcán. Son estos tres volcanes lo que crearon la isla. Además hay varios conos secundarios repartidos por toda la isla. En la foto el Rano-Kau, el volcán más grande de los tres. Tiene kilómetro y medio de largo y unos cuatrocientos metros de alto. El mar y la erosión lo han reducido un poco, pero sigue siendo imponente.

 

 

 

Foto para probar que realmente estuve ahí y que no me las he descargado por internet. Fijaros que estos mohais tienen un sombrero rojo, se denomina pukai y está hecho con una piedra distinta a la del mohai. Abajo se muestra el Ahu Akivi, son los únicos mohais que miran hacia el mar. El resto están en la costa y miran hacia el interior para proteger a los habitantes.

 

 

Gracias a la naturaleza volcánica de la isla se pudo desarrollar la cavilación rapa-nui. Tecnológicamente se quedaron en la edad de piedra, pero gracias a la variedad de rocas magmáticas presentes (obsidianas y otras) pudieron realizar herramientas con las que construir los mohais.

 

Para apreciar los logros culturales de este pueblo hay que comparar estas manifestaciones con las que te puedes encontrar en la edad de piedra de otras culturas, puntas de flechas, piedras con filo… (Obviamente este es un comentario por parte de alguien que no sabe mucho del tema, no quiero reclamaciones J)

 

 

 

Aunque construían casas en las que vivían, en ocasiones, o por comodidad también vivían en cuevas. Esta es una cueva en la que hay presentes restos arqueológicos.

 

 

Como ya comenté, Isla de Pascua es una isla de la Polinesia, lo que implica la presencia de playas con arena blanca, aguas trasparentes y cálidas y cocoteros. Nunca había estado en una playa así y tengo que admitir que me gustó bastante. No toda la costa es así, en la foto de abajo se muestra otra parte del litoral de la isla.

 

 

 

 

La población total de la isla son unos cuatro mil habitantes. Es bastante pequeña, pero la isla es muy pequeña. Solo hay un pueblo en toda la isla, hanga-roa, donde se concentra la mayoría de la población. Una visión panorámica del pueblo. El barco que se ve es un crucero que paró para hacer una visita.

 

 

La decadencia de la civilización rapa-nui se debió a problemas medioambientales. En el periodo de apogeo la población de la isla llegó a los 10000 habitantes. El ecosistema no tenía capacidad para mantener a tanta gente y se degradó. Se talaron la mayoría de los bosques y la tierra dejo de ser fertil. Fue un periodo de hambrunas y de guerras donde incluso se llegó a practicar el canibalismo.

 

En algunas zonas se ha recuperado la vegetación original, pero en otras no. En las que no solo quedan pastizales y césped, lo que, curiosamente, le da un aspecto muy parecido a Irlanda. Como ejemplo esta foto, la colina que se ve al fondo es otro volcán.

 

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Una boda rapa-nui

 

Este viaje ha sido un viaje muy especial. Por un conjunto de casualidades encadenadas me invitaron a una boda rapa-nui. Esto aparte de permitirme ver una faceta de la isla que no es común me permitió integrarme con la comunidad local bastante más de lo que suele ser habitual en un viaje. La gente es Isla de Pascua es muy, muy agradable. Su cultura es completamente distinta a la nuestra y a veces aunque usamos las mismas palabras los conceptos subyacentes están a años luz.

 

Por ejemplo la propiedad de la tierra tal como la entendemos nosotros no existe en la cultura rapa-nui. Ellos no poseen la tierra, solo el disfrute de ella durante un periodo para posteriormente cedérsela a sus descendientes. Eso limita lo que les está permitido hacer y no hacer con ella.

 

 

 

La boda se celebró en el Ahu-Tahai, que es el principal centro ceremonial de la isla y donde se celebran los grandes actos culturales. Aquí tenes a los novios, a los padrinos y al conductor de la ceremonia (que no es ni sacerdote ni chamán) dirigiéndose a uno de los mohais (el que en la primera foto aparece más a la izquierda). Mientras se acercan al ahu canciones tradicionales rapa-nui que hacen referencia al amor y la felicidad.

 

 

Bien, esta foto es una prueba viviente de que soy un pésimo fotógrafo (la culpa fue de mi mal pulso, que ellos no se paraban de mover, estaba oscureciendo y no quería acercarme demasiado para no molestar)

 

La ceremonia consta de dos partes diferenciadas, en la primera (a la que corresponde esta foto) que correspondería propiamente al casamiento participan los novios, los padrinos el conductor y algunos más vestidos de la manera tradicional (no todos van asi). Esta ceremonia se realiza al atardecer por lo que se ve la puesta de sol a la espalda de los novios durante la ceremonia. Realmente bonito. Las piedras que se ven en la parte baja de la foto son de un círculo sagrado que hay en el ahu.

 

 

La segunda parte de la ceremonia también se celebra en el ahu. Es un banquete ceremonial donde los novios comparten entre ellos un gallo sagrado que ha sido preparado en el mismo ahu. Mientras lo comparten el resto de la comitiva canta y baila alrededor de ellos. De ese gallo no puede sobrar nada, por lo que los novios lo comparten con el resto de los asistentes a la ceremonia. Esta foto corresponde a la segunda parte.

 

 

La fiesta propiamente dicha se hace en casa. Lo tradicional es hacer un curanto, que también se hace en otras partes de Chile, aunque no se muy bien si es originario de la isla y lo han exportado o bien, lo han importado desde el continente. Es un plato que es prácticamente imposible tomarlo en un restaurante, había oído hablar de él pero no pensé que fuese a probarlo nunca, así que me hizo mucha ilusión que hiciesen uno.

 

El curanto tiene un proceso de elaboración bastante curioso, se cocina en el suelo!!. Para empezar se cava un agujero lo bastante grande para almacenar toda la comida y se eligen unas piedras que se utilizarán para cocinar. Esas piedras se calientan metiéndolas en una hoguera durante bastante tiempo. Una vez que están suficientemente calientes se introducen en el agujero excavado y se va introduciendo la comida.

 

La comida no se introduce de cualquier manera, sino por capas separadas por hojas de platanero, que también se utiliza para cubrir los laterales del hoyo. En la parte más profunda se pone la comida que tarde más en cocinarse y en la parte superior la que menos. En un curanto puede haber capas de muchos platos distintos. En este había capas de pollo, cerdo, ternera, dos tipos de pescado, maíz, batatas e incluso un pastel de papaya y plátano!

 

En la foto se ve a dos miembros quitando las hojas de platanero (que debido al calor se habían vuelto marrones) para ir sacando los distintos platos. El sabor de la comida es curioso, se parece a la comida asada pero mucho más jugosa. El pescado y la ternera estaban especialmente ricos

 

 

Este fue el comienzo de la fiesta, ya no hice más fotos porque no quería sufrir el síndrome del japonés. Fue muy divertida (incluso baile el baile típico) y he de decir que las chicas polinésicas tienen fama de guapas con razón ;-)

 

 

Patagonia

 

En esta parte voy a dar incluso menos explicaciones porque casi no me queda tiempo, otro día si puedo me extiendo más. En Patagonia visité tres ciudades (Punta Arenas, Puerto Natales y Calafate) y dos parques naturales (Torres del Paine y Glaciares). Patagonia es una región muy diversa, hay montañas, glaciares y mucha pampa.

 

 

En esta zona casi no hay agricultura (solo en invernaderos), la principal producción es la ganadera, vacas y ovejas. El cordero patagónico es muy famoso (y he de decir que con razón) Aquí tenéis a un gaucho con su rebaño (En Chile lo llamarían estanciero)

 

 

Esto es para la gente de Ceuta. Para que veáis que el mundo es un pañuelo. Mirad en la ventana del centro a la izquierda y os encontrareis con una pegatina de un sitio de lo más peculiar….

 

 

La fauna en esta zona es de lo más variado. Gansos polares, caranques, flamencos chilenos, zorros grises y los más llamativos: Los ñandúes y los guanacos. Aquí un ñandú (y abajo varios guanacos)

 

 

 

 

 

 

 

El parque natural de Torres del Paine se llama así por la cordillera que hay en el. Hay varios glaciares en el parque, aunque yo solo vi uno, el glaciar grey.

 

 

Para que os hagáis una idea de lo desolada y desierta que puede ser la pampa….

 

 

 

En este viaje he visto cinco glaciares distintos (Tres en la Antártica, el Grey en Chile y el Perito Moreno en Argentina) De los cinco el mas bonito con diferencia es el Perito Moreno (en la foto) Las grietas que tiene y el color del glaciar es realmente espectacular. He de decir que quizás lo que m’as me ha sorprendido de los glaciares es ese color azul intenso que tienen. Es difícil de explicar pero realmente es maravilloso.

 

 

Una foto chula de cisnes de cuello negro en Puerto Natales. (Estos cisnes son terriblemente elegantes, verlos abrir las alas es realmente bonito)

 

 

 

Típica foto chula desde el avión.

 

 

Antártica

 

El viaje a la Antártica fue alucinante, realmente alucinante. No voy a entrar en detalles porque no tengo mucho tiempo (mañana salgo para Isla de Pascua). Pongo las fotos y algún comentario

 

 

La llegada en avión a la región de las Shetlands del Sur y la Península Antártica es realmente impresionante. En la foto se ve la Isla Livingstone (donde está la base española) desde el aire.

 

 

 

Una imagen de la Isla del Rey Jorge desde el Aire, obviamente es una isla volcánica

 

 

 

La base aérea donde aterrizamos se llama Presidente Eduardo Frei. La pista de aterrizaje era de tierra pero la estación meteorológica era espectacular.

 

 

 

Estuvimos en una colonia de pingüinos antárticos

 

 

Una colonia de elefantes marinos. Son animales gigantescos, pero inofensivos (no como un las focas que había por allí)

 

 

Una vista de la costa de la isla

 

 

Una prueba de que realmente estuve allí y no me he bajado las fotos de internet. Lo que se ve al fondo es el principal asentamiento de esta zona. Esta la base chilena March, la base rusa Bellinghausen y el unico “poblado” que hay en la Antártica, Villa las Estrellas. Estuvimos en la base rusa, en la chilena y en la base china La Gran Muralla. No hicimos fotos de las bases porque hubiésemos parecido japoneses.

 

Como curiosidad hay incluso una iglesia ortodoxa de madera traída de Siberia.

 

 

La costa de esta región es terriblemente volcánica, parece otro planeta. En esta foto algunos de los islotes que rodean la isla, al fondo un iceberg que se había desprendido del glaciar nelson

 

 

El clima en esa región es terriblemente instable. Este es el frente tormentoso que nos tuvo tres días esperando en Punta Arenas

 

 

El avión en el que fuimos. Como veréis no es que sea muy grande, pero los pilotos eran muy, muy competentes. De todas maneras con el mal tiempo el vuelo fue “divertido”, no tiene mucho que ver con ir en un jet.